La niña que filosofaba nació de la pluma de un ilustrador que pensó en hacer dibujos mudos, Quino; hasta que, en una redacción de Buenos Aires le dijeron que el humor necesitaba palabras. Quino aceptó el consejo o la exigencia y llenó sus viñetas de nubes. A veces con diálogos socráticos, a veces con las palabras justas, como cuando Mafalda, la niña filósofa con sopofobia que convirtió a Quino en un dibujante universal, solo acierta a gritar:
-¡Paren el mundo que me quiero bajar!
!http://www.rtve.es/noticias/20140521/humorista-quino-premio-principe-asturias-comunicacion-humanidades/941382.shtml
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